La netetiquette no es un concepto nuevo, pero sin duda debería ser revisado cada pocos meses, en vista de la evolución de los nuevos hábitos cibernéticos.
Seguro que en la niñez alguna vez te dijeron que «no debes hacer a nadie lo que no quieras que te hagan a ti». Ésa es una máxima de las relaciones sociales que nunca caducará y que niños y niñas del mundo seguirán escuchando de sus mayores hasta el final de los tiempos.
Para adaptar el consejo a los modales de las nuevas dinámicas sociales, te propongo dar la vuelta a ese consejo, positivando la máxima: «haz a los demás únicamente lo que quieras que te hagan a ti». Parece todo un reto, ¿verdad?
Ciberetiqueta o netetiquette son algunos de los términos que se utilizan desde hace unos años para denominar a los modales que se deben respetar en las redes sociales si queremos mantener una relación cordial con los demás. Algunos de los más importantes entre los reconocidos por estudiosos y blogueros son: no acaparar el muro de los contactos de tu red social; tener en cuenta que el uso de las mayúsculas equivale a levantar la voz; no etiquetar a todo el mundo que aparezca en cada foto que decidas subir a tu perfil (la elección de fotos requiere una serie de posts por si misma); aceptar estoicamente que te «eliminen»; tener en cuenta que un exceso de «me gusta» resta credibilidad a tus muestras de aprecio; y otros cuantos no menos interesantes.
No obstante, teniendo en cuenta la velocidad a la que evolucionan las redes sociales, cuando unas sustituyen a otras, dando paso a nuevas costumbres cibersociales, propongo una breve revisión de los modales a tener en cuenta:
- Sé generoso: cuando alguien te pida que eches un vistazo a algo que parece importarle, dedícale un par de segundos. Piensa que puede que algún día tú necesites un par de segundos de su tiempo. ¡Y además incluso es posible que descubras cosas interesantes!
- Sé agradecido: si alguien dedica esos codiciados dos segundos de su valioso tiempo en ti, muéstrate agradecido y amable con esa persona. Te ha regalado algo que no podrá recuperar de ninguna manera: parte de su tiempo libre.
- Si sientes la tentación de enviar invitaciones a juegos, abstente: no seas pesado y no colapses a tus contactos con invitaciones invasivas y que gestarán en ellos una actitud negativa hacia vuestra ciber-relación.
- Sé agradable: esta norma aúna varias, como «si no tienes algo agradable que decir, mejor no digas nada» o «no te metas en jardines ajenos». Ten en cuenta que las redes sociales son un medio para evadirse, así que no es sano tomarse demasiado en serio ninguna palabra «torcida» (ya se sabe, «las palabras las carga el diablo»).
- Sé auténtico: que no te puedan ver la cara cuando tecleas no quiere decir que puedas soltar cualquier cosa que se te cruce por la mente. Nuestra actividad en las redes sociales es una huella digital imposible de borrar completamente. Es importante que lo que en ellas digamos tenga coherencia con quienes somos, lo que nos gusta (o disgusta), lo que hacemos con nuestra vida, y con nosotros en general.
Estos son sólo algunos de los consejos que se podrían dar. ¿Se te ocurre alguna recomendación que añadir en este proyecto de lista de costumbres cibernéticas? ¡Pues no lo dudes y deja un comentario!